sábado, diciembre 16, 2006

montañas....

Sucede que a veces, en la oscuridad de la noche y en el silencio que precede al bullicio del dia, el sueño se niega llegar a mis ojos, asi como se le niega la lluvia a los desiertos y la paz a un alma atormentada por una culpa perdida, asi como le negarias tu el perdon a un homicida...
es en estos momentos cuando llegan a mi mente sombras conocidas, nombres olvidados, colores y sonidos que ya estaban relegados al polvo del olvido; llegan cansados y fatigados, como caminantes venidos desde muy lejos, desde mas alla en donde yacen los restos de una vida pasada ya no recordada...
a veces camino por veredas y caminos poco transitados, a los lados pinos y encinos me protejen del sol quien reina majestuoso en el imponente cielo azul, el olor a savia de los pinos lo impregna todo, aunque tambien el aire frio trae olores a tierra labrada, a tierra mojada, hierbas mutiladas y excremento del ganado; el silencio que reina en estos parajes es profanado por mis pasos y ocasionalmente por el chillido de algun aguila; en la distancia se perfila la imponente cordillera de la sierra madre del sur, testigos mudos de esta vida y aun cuando no haya nadie con vida bajo este sol, seguiran ahi con su imponente majestuosidad, he de confesar que me enamore de la vida que se vive en las montañas, de la sencillez y humildad de sus gentes, de esas charlas con la gente grande, al calor de una fogata y con una taza de cafe en las manos, mientras las horas transcurren lentamente y las estrellas en la negrura de la noche van cambiando de posicion...
platicas amenas y sabias interrumpidas de vez en cuando por el aullido lejano de un coyote o por el canto cercano de un buho o de una lechuza, o tan solo para reavivar el fuego y alimentarlo de nuevo con mas leña, hace frio y mas en las noches de diciembre y enero, es cuando el cafe es insuficiente para entrar en calor y tiene que entrar el mezcalito para entrar al desquite, el viento silba y cala los huesos, pero la reunion esta muy entretenida...
-pues si maestro asi como le cuento asi sucedio, pobre mi compadre Filemon, un dia en que parecia que un segundo diluvio bajaba a la tierra, agarro sus cosas y se fue juyendo de aqui, no dijo pa' donde se iba ya no quizo hablar desde que los chaneques lo perdieron alla por el rumbo de la "mesa de piedra" y lo encontramos 3 dias despues en el fondo de la cañada, alla por donde el tio Pancrasio tiene su milpita, estaba todo sucio, desgrañado y casi encuerado, hablando no se cuantas pendejadas... estaba loco y yo digo que mas loco se puso despues de eso... a veces platicaba de los niños que vio y que lo despertaron una madrugada en que llovia, segun que eran los hijos de doña Eduvigues, aquellos que murieron hace 5 años cuando le cayo una piedrota en la casa matando a los chiquillos...- pero tomese su mezcal maestro, pa que entre en calor, esta muy bruto este frio-... pues asi con mi compadre, ya tiene 3 años que se fue y no hemos vuelto a saber nada de el, quien sabe si se fue a la capital o yace en el fonde de alguna cañada...
-¿usted cree en los chaneques, maestro?- mi silencio fue interpretado por un NO...- pues hace usted mal, deberia creer en ellos, solo por respeto, usted camina mucho por lugares solitarios y uno nunca sabe...
confieso que esa platica me dejo una fuerte impresion que aun a 10 años de distancia parece que la acabo de escuchar...
una a una las estrellas se van a apagando y el canto de los gallos empieza a sonar, algunos cercanos y otros apenas perceptibles por la distancia a la que se encuentran, mientras en lo alto de las montañas poco a poco aparece el sol, anunciando la agonia de una noche y el nacimiento de un dia mas....

1 comentario:

Ana Soria dijo...

El insomnio es cada vez más recurrente entre los danzantes de este momento que parece interminable, como los fantasmas que nos rondan el alma y no nos dejan SER y fluír como deberíamos... un amigo que casualmente se llama Filemón, me dijo una vez que esa falta de sueño que a mi también se me complica más conforme pasan los días, no es nada más y nada menos, que falta de amor... aunque en mi caso, lo ataño a tanto pensar.

Buenas letras.

saludos desde Andrómeda...