lunes, enero 22, 2007

El camino se vizlumbraba lejano y no queria partir, me encontraba con gente conocida a la que me unia un lazo de afecto y amistad; ademas de que la temperatura empezaba a bajar y habia amenaza de lluvia; pero... tenia que llegar sin falta ese mismo dia a mi destino, y el camino me era totalmente desconocido.
A las 2 de la tarde inicie mi largo caminar con un viejo por guia, montado en una mula; mi llegada estaba calculada a las 5 de la tarde...

-si preocupaciones ni agitamientos, maestro - asi me decia - usted llegara al arroyo de yogolana en 3 horas, solo no se desvie del sendero y no haga caso de los murmullos...

-¿murmullos? - era lo que iba a cuestionarle a mi guia, cuando un relámpago razgo las oscuras nubes y empezo a llover; aun con impermeable y todo, despues de media hora de camino estaba empapado hasta los huesos....


En una encrucijada del camino, estaba un joven alto e igual de mojado que yo, era de la ciudad y era tan solo un niño a punto del colapso cuando nos lo encontramos; habia perdido el camino y no queria tomar el equivocado.


-¡vente conmigo! - le dije - y ya despues veo la forma de que te vayan a dejar a tu destino..
creo que le quite un gran peso de encima, pues su rostro cambio.


Llego el momento en que nuestro guia nos abandono, ya que el iba a otro lugar...

- sigan derecho en esta vereda, hasta cruzar el arroyo y de ahi continuan a la izquierda hasta topar con un ocote, el mas grande que hay por ahi, tuercen a la derecha y bordean toda la falda de la montaña hasta encontrar el camino que sube y baja hasta arroyo de yegolana...


- mas claro que el agua - dijo Paul, que asi se llamaba
- ¡ y no hagan caso de las voces...si las llegan a oiiirrrrr....!
- ¿que dijo? - hum, quien sabe...


Paul tenia 15 años y era un instructor comunitario del conafe que se dirigia a la comunidad de "los organos" a brindar el servicio educativo y yo era el capacitador tutor de esa zona del distrito de Sola de Vega en el estado de Oaxaca y era el responsable directo del desempeño educativo de una veintena de instructores distribuidos en 17 comunidades y a eso me dirigia yo a la comunidad "arroyo de yegolana"...


- ¡pues bueno, aqui esta el arroyo, lo chido es que ya esta parando de llover!¿no? - pues si - le dije - lo malo es que no tengo ropa seca que ponerme...
- el señor dijo que a la derecha.... - ¡no! dijo a la izquierda y a la izquierda hay que ir - le dije.
En ese momento escuchamos risas, gritos y algarabias de niños... - ¿oiste eso? - han de ser niños que estan pastoreando sus cabras - le dije - ¿y si les preguntamos? - como quieras, pero el señor dijo que a la izquierda hasta el ocote y luego a la derecha, subimos y bajamos...
por mas que Paul hablo y grito, no obtuvo respuesta.


En el ciclo anterior habia sido instructor comunitario en la comunidad llamada "las torres" o mejor conocida como "la cumbre"; precisamente en el punto donde inicie mi relato, y sabia que por estos lugares los niños son muy timidos, pero esto era el colmo...


-¡mira, mira... ahi van...pe...pero van encuerados! -
Al voltear no vi nada... - ¡estas pendejo! - lo pense.
- Vamonos, es a la izquierda...
caminamos, y caminamos y caminamos y seguimos caminando y del ocote que nos hablara el viejo nunca lo encontramos, es mas cruzamos un segundo arroyo y nunca hallamos el camino, mientras las horas pasan lentamente y la oscuridad iba ganando terreno.


-¿y ahora que hacemos? - ya me estaba desesperando tambien yo - ¡subamos la montaña! - le dije - ¡si no hay caminos, no importa subamos asi! -
Resbalamos, caimos, nos enlodamos, nos magullamos, nos espinamos, pero alcanzamos la cima... arriba el aire soplaba frio e inclemente, y del camino ni la menor seña...
a las 11 de la noche caimos rendidos en la lareda opuesta de la montaña, - no podemos seguir, tenemos que dormir aqui - fue lo que le dije a Paul, ni siquiera obtuve respuesta de el; esa noche nuestra cena fueron 3 tamalitos y una lata de refresco que me regalaran en la cumbre y entre piedras y guijarros dormimos a la intemperie esperado la luz del nuevo dia... pero nuestro calvario aun no habia terminado, pues a las 3 de la madrugada volvio a llover y un vendaval azoto ese lado de la montaña.


- ¡solo falta que nos cague un perro! - era lo que pensaba esa madrugada.
A las 6 de la mañana iniciamos nuevamente nuestro caminar y con amargura, como a 500 metros ví las luces de los leños encendidos de la comunidad a donde ibamos, nos faltaba tan poco para llegar y todavia resbalamos y volvimos a caer y fuimos a parar en medio de una parcela sembrada de marihuana...


-¡perdon, perdon, buenos dias, somos del conafe, soy fulano de tal y este sutanito de tal -fue lo que respondí cuando oí cortar casquillos.
- ¡nos perdimos y pasamos la noche en la montaña!...


Intercambiaron miradas y con una sonrisa en los rostros nos dijeron: -¡pasenle maestros, no se preocupen!¿pero como se fueron a perder si el camino estaba facil de seguir o de encontrar?


Horas despues me informe que por aquellos parajes no hay casas ni mucho menos niños que lleven a pastorear tan lejos a sus animales; Paul ya no estaba, ya lo habian ido a dejar a su comunidad y la noche de ese dia, sentado al calor de una hoguera y con una taza de cafe en las manos escuchaba a un anciano decir:
-¡chaneques, rara vez pasa, pero cuando pierden a alguien, con suerte vuelven a encontrar el camino a casa!


Muchos años despues, alguien me preguntó
- ¿y tu crees en los chaneques?
-¡sí! - con firmeza respondí.
- en las montañas a mi me perdieron...

5 comentarios:

Anónimo dijo...

muy chido e interesante tu blog, eh! saludos ojala me puedas visitar www.rice8049.blogspot.com

Anónimo dijo...

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Dr. Muerte dijo...

lo chingon es el calendario

Imnotok dijo...

Chido post wey...pero...chaneques, el culo!!!

Anónimo dijo...

En serio te paso????