Sensación
de vacio infinito, aletargadas emociones por un presente consabido (o ya
intuido), y por una realidad no aceptada… y la sal negándome el consuelo.
Poco a
poco la realidad ha llegado a mi, como el débil aleteo de una mariposa en una
tarde de verano, ahora que me doy cuenta que tu adiós fue para siempre, todo
ese dolor reprimido han desbocado las lagrimas ahogadas que se negaron a correr
aquella tarde de tu funeral; cuanta amargura destilan y cuanto dolor causan
después de tu partida… solo me ha quedado el vacío de tu ausencia y los
recuerdos encadenados en la memoria que como fantasmas atrapados en las paredes
del tiempo, se niegan a morir….
Las
palabras se niegan a salir… como lo hicieron las lagrimas aquella calurosa
tarde, cuando por mas que intentaba en
vano cerrar los ojos y abrirlos y verte una vez mas con vida, aunque algo me
decía que fue mejor así, pues tus últimos días fueron en verdad muy dolorosos,
tanto para ti como para los que sufrimos por no poder hacer mas por ti, y en lo
particular te digo que esa carga la
llevare por el resto de mis días, perdóname padre por que al final de tu camino
no estuve contigo como tu lo estuviste para mi en los días mas oscuros de mi
vida… ahora que escribo estas líneas se humedecen mis ojos y se agolpan tantos
recuerdos tuyos, tantas conversaciones, tantos caminos andados, siempre me
diste lo mejor de ti, siempre me apoyaste, siempre estuviste ahí cuando me te
necesite, gracias por todo y perdóname mi padre, mi querido viejo… por no haber
sido el hijo que tu te merecías...
2 comentarios:
Un abrazo amiguito... con el tiempo se aprende a vivir con ese gran vacio!... besos chilenos para ti :)
Muchas gracias amiga, por tus consuelos y palabras en la distancia...
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