lunes, junio 27, 2011

Añoranza

Ignoramos como es que el tiempo se nos va, así como se nos va el agua entre las manos, cuando nos damos cuenta nos encontramos de pronto solos y desnudos ante el sol de nuestra incertidumbre, mancillando las sombras de nuestros ayeres que un día pensamos tan ocultos en nuestro interior, que nada ni nadie podría sacarlos a la superficie… los ayeres son tan frágiles como el mañana que aun no llega, es la premisa y el poder que el hoy tiene desde hace tantas hojas caídas en otoño, precursor del mordaz y reptante frio que vaticina la llegada de la osa menor en la oscuridad de la noche.
El tiempo se nos va sin saber como, sin saber en que gastamos tan preciados minutos de existencia, sin saber en que se nos fue la mitad de nuestro ser… ayer éramos presa de la alegría y felicidad, del juego y nada mas…
y hoy… nada de eso queda solo recuerdos de un ayer que presagiaba un futuro incierto y que hoy nos toca vivir en caminos distintos, en senderos distantes por los que nunca, tal vez nos lleguemos a cruzar, solo eso queda imágenes fugaces de un recuerdo, sombras plasmadas en amarillo papel que el tiempo se encarga de mancillar su color… y melancólicos acordes de una canción olvidada y que un día escuchas y que solo te trae una efímera sonrisa y un dolor lacerante.
El tiempo que se nos va, ya jamás regresara… pero esto lo llegamos a saber demasiado tarde, tan tarde que ya el ocaso asoma a nuestras vidas cuando ya no podemos dar vuelta atrás, cuando el camino se ha cerrado y todas las oportunidades se han perdido…
ya no podemos dar marcha atrás aunque queramos y pongamos todo nuestro empeño y vida en ello, lo que se fue… jamás regresara...y solo quedamos yo y tu recuerdo corroyendo los sueños que se quedaron rezagados o esperando una mejor oportunidad...

No hay comentarios.: